Detesto los besos desapasionados.
Los besos de aquellas parejas que, con el tiempo, se convierten en rutina. En un simple juntar de labios. Por costumbre.... Un "hola"  (o a veces sin "hola"), y acto reflejo un "pico"....
Un beso es más que eso. Es más que juntar los labios. Un beso es la mayor expresión de amor, siendo infinitamente más íntimo incluso que el sexo. Es decirle sin palabras el amor que le tienes a esa persona. Es deslizarte por sus labios hasta caer en su precipicio...

Silencios....
Silencios rotos por la brisa tocada de mar entre árboles centenarios. Mis ojos se fijan en ti y los tuyos se entremezclan entre agua e ilusión. Un cielo que aplasta las ilusiones para dejarlas posteriormente escapar. Hay que cogerlas al vuelo.
Los sentimientos se entrelazan entre palabras, miradas y silencios. Y en el fondo todo no es tan difícil. Suena cath&release.. Me parte en dos.
Me digo "Algun día no nos separaremos", y el abrazo se convertirá en órbita celestial y las luces serán galaxias, y los besos darán paso a carias en tu cuello y en el mio... Y el universo se detendrá... Y nos amaremos mas de los que nos amamos Y abriremos los ojillos por la mañana y ahí estaremos. Contemplándonos... Me gusta cuando nos abrazamos y que no cabe la menor duda entre los dos.. Me gustan las conversaciones que tienen nuestros ojos.. Me gusta diisfrutr del placer de sentirnos la piel... Y porqué un día me sentí astronauta perdido entre tus lunares... Y quiero seguir explorando(te).

Siento como las casualidades a veces no son casualidades, sino momentos empíricos que sólo uno siente y que percibe en el aliento del ambiente...

Aspiro profundamente hasta llenar mis aposentos de aire fresco. Y me mareo.
Hoy el cielo ya no llora desconsolado como ayer. Hoy el cielo azul se mezcla en el horizonte con el mar. Con la brisa gélida del orto de los noctámbulos. Con esa línea curva que desaparece entre bruma y desgaste.
La línea se ausenta entre la más ansiada posesión de mis entrañas, y se agudiza ante mi reflejo desprovisto, hoy, de su más ansiada forma de mirar.
Me levanto tan despacio como puedo y no dejo de observar. En mi mente, dualidad. En mi alma, conversión. En mi corazón, lucha. Hoy soy yo quien se mira. Y no se entiende. Me miro al espejo y mis ojos cristalinos brillan al estilo própio de una cuchara de plata. Mis noches son extrañas, mi cama alargada, mi luz, color azul. Mi serenidad, redonda y aterciopelada.
Hoy espero como los que siempre esperan, aunque yo, ya se lo que espero.

Todos tenemos un musa. Un ángel. Una inspiración. Un amor. Un Sol o un Faro... Esa luz que se cierne sobre tu párpados y al cerrarlos tu mente esboza, dibuja y desdibuja lienzos en blanco y negro. Miradas de cerca. Miradas de cíclope.
Leyendo estos días la carta que escribió Leonard Cohen a su amada Marianne, me viene a la cabeza esas mujeres que se quedaron para siempre en el corazón de algunos hombres... Gala en Dalí... Jeanne Hébuterne en Modigliani. Edith Aron, "La Maga" de Cortázar.. Lee Miller, Suzanne Farrell, Emilie Flöge, Frida Kahlo y tantísimas que sería inacabable...
Todos tenemos a alguien que nos proporciona inspiración... y calma.

Decidme que es lo que realmente buscáis -dijo mirando al cielo perplejo por tanta belleza




...y nadie supo que responder.

La historia se repite... Siempre se repite.

"Quizás por haber sentido tanto, me quedé sin sentido. Anestesiado. Agoté lo que tenía almacenado. Digamos que me gasté, por dentro"

A veces sucede así, todo se desvanece excepto el momento mismo.
Llego a casa, cansado, y se que está toda la suciedad del barrio metida bajo el sofá. La casa huele a frio, a cerrado. Y su color resuena a eco. Descorcho con cuidado una botella regada por el rio oja y su aroma me acompaña abrazándome hasta quedar hito.
Un café en el café Ruíz de Madrid. Unos pinchos en la Plaza Nueva de Bilbao. Un twist de lima esbozando una sonrisa en la copa en Barcelona...
Seamos tormenta.
Seamos trueno.
Seamos.
Sé.

Muchos de nosotros nos hemos pasado la vida proclamando nuestro deseo de amar, cuando en realidad lo que realmente hemos hecho es liquidar relaciones.

Puede maravillar tu mente...pero sólo si no estás acostumbrado a usarla

El cielo se abre.
Pensamientos positivos me digo. Pensamientos positivos me dicen.
Oigo a mi alrededor voces.
Las acepto.
Como cada mañana los pájaros cantas. los escucho y si, me alegran el día.
Tu perfume todavía está en mi almohada.
Y lo ignoro.
Mi canto es sordo ante los demás.
Mi alegría es saber que todavía me escuchan algunos.
Trato de saborear el día y me encuentro en la noche.
De fondo suena Marilyn Manson, The Nobodies. Extraño sonido.
Cargo mi alma de aire aspirado y se refresca ante mi reflejo.
Hoy ha sido un día para recordar.
Hoy cambiarán las cosas.
Dispongámonos entonces a desenvainar los cuchilos de Lama (escrito antiguo).
El cielo se cierra.

Hoy la tenue luz de mi cielo parecia estar a punto de averiguar mi camino. Hoy el sol lloraba desconsolado por no poder ver más allá de las nubes, y yo, debajo de ellas intentaba buscar ese rayito que me iluminara.
El camino es tortuoso y mi espalda cicatrizada perfila una silueta aún extraña a mis ojos.
Aún así el camino se hace llevadero pensando en que un día todo terminará. Liberaré mi mente de todo aquello que hace que camine despacio y focalizaré mis deseos en algo totalmente distinto.
La vida, por momentos se torna de colores. Hoy, un día gris, me ha servido para desmembrar muy despacio espacio de tiempo para abandonarlos definitivamente en es caja húmeda del fondo de mis recuerdos.
La llave aún cuelga de mi cuello.

Me despierto a media noche pensando que todavía estoy en un sueño y poco a poco voy entrando en razón mientras el sueño se aleja y se aproxima lentamente la realidad. Es parte del sueño y se va desvaneciendo fusionandose con mis ojos agrietados y desvordados por el sueño.
Ya no he podido dormir más. Son las 5 de la mañana y contemplo mi cuerpo desnudo frente a ese espejo donde mi reflejo parece que se ría a carcajadas. Hay algo que no deja de perseguirme y aún durmiendo, siento su respiración en mi nuca.
Es extraño sentirme murciélago en medio de la noche, mientras van apareciendo esos ruidos cotidianos que tanto nos molestan.
Mis ojeras hacen de escaparate para aquellos que se preguntan cosas y tienen inquietudes. Al fin y al cabo todos somos de una manera u otra esclavos de este sistema.
Curioso día este que me ha tocado vivir. Mañana... ya veremos.

A altas horas de la noche, cuando el silencio es más que esa ausencia de ruido, veo y contemplo entradas cruzadas donde más que rencor se respira pasado.
La incapacidad humana me desasosiega. Me detengo un instante y miro a mi alrededor. Y pienso... ¿qué vale realmente la pena?...
¿De la inmadurez se puede aprender?. Diría que no... ¿Y del conocimiento? yo diría que si.
Miro a mi alrededor y contemplo demasiada inmadurez. De eso no puedo aprender nada. Ya no son tiempos para pensar en el pasado, ni tan siquiera de pensar en un futuro.
Son tiempos de vivir el instante, el ahora, el día a día.
Cuanto hastío... cuanto tedio al contemplar mi alrededor. La gran mayoría no sabe realmente lo que es importante en esta vida. Deberían parase a pensar un instante y hacer balance de lo que realmente les importa, no lo que necesitan, sino lo que es importante.
Y si os detenéis aún un poco más os daréis cuenta de que todas estas cosas importantes son intangibles.

Hoy...
...un camino, una senda, un viaje, una carretera, un pasaje, un trayecto, una entrada............. una dirección. Un vuelo...
La luz del fuego ilumina entre penumbras mi rostro. El humo sube lánguidamente y se filtra por las comisuras de mis ojos hasta hacerme llorar. El cigarrillo se consume y la ceniza se retuerce poco a poco hasta crear una parábola insostenible.
Mis dedos, hoy juguetones, se entretienen...
Mientras, yo... observando. Pensando. Mirando...
Siento placidez ante tal abrumadora contaminación en mis pulmones y me regocijo entre aspiraciones. Me detengo en la puerta que me llevará a un nuevo camino. Espero... y espero... y espero...
La puerta ya está abierta. La luz, diferente. Mi vista, azul, mis ojos saboteados por el humo.
Aunque puedo ver